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 ARQUEOLOGÍA DE LA 

MEMORIA

UN ÁLBUM

FAMILIAR DEL TERRITORIO

La mujer fragatina

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Dos mujeres fragatinas cargando con una bolsa de panes y una cesta, 1921 - 1930. Ricardo Compairé. Fondo R. Compairé. Fototeca DPH.

Ricardo Compairé. Fototeca DPH. Fondo R.

Fotografía de varias fragatinas cargando con el cántaro, 1921 - 1930.

Ricardo Compairé. Fondo R. Compairé. Fototeca DPH.

La imagen más representativa de la ciudad de Fraga es sin lugar a dudas la escultura en bronce que preside la plaza España, “la fragatina”, imagen que hace gala de la importancia que las mujeres han tenido para el pueblo fragatino a lo largo de su historia. Dicha escultura, que representa a una mujer fragatina trayendo agua del río, es también el vivo retrato de una “dona de faldetes”. 

Conmemorando a la mujer fragatina.
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Fragmento del documental "Día de la Faldeta. Transmitiendo la cultura del un pueblo.

Realizado por Lucas Gracia Gómez y Serendipia Gestión Cultural.

¿SABÍAS QUe...?​

La escultura de la fragatina fue donada al pueblo de Fraga por la familia Arellano un 23 de abril de 1982.

Si quieres conocer más sobre lo que supuso para ellos y para el pueblo de Fraga su creación, ¡PINCHA EN EL VÍDEO!

Las familias de antaño estaban formadas por numerosos integrantes ya que, para seguir cuidando su patrimonio, cuando los hijos mayores se casaban, se quedaban en la residencia familiar. A estos se sumaban aquellos familiares que quedaban solteros, viudos o los que todavía no se habían casado. La casa y su gobierno quedaba a cargo del matrimonio de mayor edad, que era respetado por todos, acatando el resto de miembros de la familia su autoridad. 

 

Pero sobretodo, el peso de la familia y del gobierno de la casa recaía sobre la mujer más anciana. Los escasos dineros que la familia poseía eran administrados por ella, la cual tenía una caja para guardarlos cuya llave siempre llevaba encima, a buen recaudo. Si el resto de familiares necesitaban dinero, debían pedírselo directamente a ella, que además era quien mandaba en los asuntos sociales de la familia, siendo la encargada de la crianza de los hijos y nietos, de la selección de futuros yernos y nueras, de las dotes matrimoniales, de los distintos asuntos religiosos, etc. 

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Mujeres fragatinas, reunidas en la calle.

Ricardo Compairé. Fondo R. Compairé. Fototeca DPH

Así mismo, estas mujeres debían encargarse de las tareas del campo, tareas que compartían con los hombres de la casa, así como del cuidado de los animales y la cuadra y/o “engorfa”. Eran además quienes hacían la comida para los diferentes miembros del hogar, iban a buscar el agua al río, repartían el resto de tareas entre  las mujeres de la casa, lavaban la ropa a mano, hacían jabón, preparaban pan…

Su día concluía pasando el rato con las vecinas en la calle mientras charlaban, cosían, jugaban a las cartas, etc, como bien muestra estas páginas de nuestro Álbum.

Mujeres fragatinas realizando diferentes actividades. fotografías cedidas por Familia Cal Polonio y compañía, Familia de la Tarronera y Sitra, Familia Casas Mestres, Familia Corbella Román, Asociación de Amigos y Vecinos del Casco Histórico de Fraga y la Fototeca DPH.

Por su parte, las mujeres más jóvenes acudían al taller de alguna cosedora para aprender a coser y planchar, confeccionando durante las clases todo tipo de prendas que la familia necesitase. Asimismo, en caso de futuro matrimonio, preparaban también las prendas del ajuar. Hay que señalar que estos matrimonios eran en muchas ocasiones concertados entre las familias de los novios, que solían casarse a temprana edad. 

Pero la importancia de estas mujeres de faldetas recae sobretodo en su capacidad e interés en transmitir la herencia cultural de los fragatinos, sus valores, sus tradiciones y costumbres, y sobretodo el “fragatí", su lengua. 

La mujer de la casa se levantaba al despuntar el alba. Su primera tarea era vaciar los “bacins” u orinales de la casa, y para ello tiraba su contenido a la calle desde la ventana, procurando que no pasara nadie. Una vez vestida y arreglada, bajaba a barrer y fregar la calle. Recogía el ciemo y lo entraba en la cuadra para aprovecharlo. De vuelto a la casa, se encargaba de cuidar a los animales: el cerdo, las gallinas, los conejos, etc. 

El almuerzo era una comida importante dado el esfuerzo físico que realizaban todos los días. En invierno, como tenían el fuego encendido para calentarse, aprovechaban para comer “sopes y torras del caldo del brocul” o un plato de “freses en chicharrons”. En verano, podían comer pan con tomate con un trozo de cerdo o media sardina de cuba y olivas.  Solían comerse el almuerzo en la puerta de casa para hablar mientras con alguna vecina o aprovechar para pasear al cerdo, ya que normalmente tenían poco espacio en las cuadras para moverse.

Seguidamente, comenzaban a realizar las tareas de la casa: hacer las camas, ordenar las habitaciones, ir a buscar agua al río, etc. Una vez terminaban con esto, ponían la cazuela al fuego, que ya estaba encendido, terminaban de preparar la alforja y, una vez el marido marchaba, comenzaban a hacer la comida. Lo más común era cocinar “dinar barrejat” con butifarras, y trozos de cerdo, siendo este un plato único que acompañaban con vino y alguna fruta de postre. 

La mañana
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Ricardo Compairé. Fondo R. Compairé. Fototeca DPH.

La tarde

Una vez terminaban de fregar (tarea de la que se encargaba la mujer joven de la casa), se ponían a coser. Se juntaban con las vecinas en la “angorfa” o en la calle si hacia buen tiempo. Se sentaban en un circulo donde hablaban de todo lo que acontecía en Fraga. También aprovechaban para llevar a cabo otras tareas como elegir las semillas que tenían que sembrar. Todas las mujeres tenían que saber coser, puesto que debían confeccionar todas las ropas para los miembros de la casa.  

Cuando los niños salían del colegio, iban a casa a buscar la merienda que les preparaba su abuela o su madre. 

José Galiay Sarañana. Archivo Histórico

José Galiay Sarañana. Archivo Histórico Provincial de Zaragoza.

Al final de la tarde, volvían a casa para empezar a hacer la cena, así estaba lista para cuando llegaba el marido. A veces, aprovechando el fuego, también preparaban la comida para el cerdo, la “calderae”. 

Además, las mujeres también trabajaban en el campo cuando era necesario, en la recogida de la oliva o encajonando higos. 

La noche
Familia de la Tarronera y Sitra

 Pasando el rato en la calle. Familia la Tarronera y Sitra.

Día mujeres

Como hemos podido observar a lo largo de este apartado, estos tiempos no fueron precisamente favorables para la mujer ni para sus derechos. En estas líneas se describen a mujeres fuertes que se encargaron de perpetuar el legado cultural y lingüístico de Fraga, de educar a las nuevas generaciones, de gestionar la economía del hogar y, además de trabajar en el campo, cumplieron a raja tabla con aquello que se esperaba de ellas, con esas tareas impuestas y asociadas a lo que hoy conocemos como el arquetipo del "ángel del hogar" o "la perfecta casada". 

Galería de retratos de mujeres fragatinas. Fotografías cedidas por la Asociación de Amigos y Vecinos del Casco Histórico de Fraga y Marina Quibus y la Fototeca DPH.

Para elaborar esta página se ha extraído información del libro "Vida y Costums de Fraga 3, de Amics de Fraga".

Organiza:

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