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 ARQUEOLOGÍA DE LA 

MEMORIA

UN ÁLBUM

FAMILIAR DEL TERRITORIO

Las fiestas populares

 Grupo de amigas divirténdose en una de las fiestas populares.  Cedida por la familia Español Casas. 

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Pareja en los autos de choque.

Cedida por la familia  Corbella Román.

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Grupo de amigas en Fraga.

Cedida por la familia Cal Polonio y compañía.

El ritmo acelerado de nuestro modo de vida actual es muy diferente al de nuestros antepasados. A principios del siglo XX, los cambios en la forma de vivir eran pocos. El día a día de las personas lo regía, a menudo, el calendario religioso y el trabajo en el campo. Las costumbres, celebraciones y tradiciones se repetían año tras año y servían para romper la monotonía del trabajo en la huerta o en el monte, ya que los agricultores trabajaban incluso el fin de semana, a no ser que hubiera una festividad señalada. 

Casi todos los días que había un Santo señalado se llevaba a cabo algún tipo de celebración, siguiendo las creencias y supersticiones de la época. 

¿SABÍAS QUe...?​

La primera cabalgata de Reyes que tuvo lugar en Fraga se celebró en 1947. Los Reyes entraron por todas las calles de Fraga, llegando en carros hasta el Castillo y repartiendo los juguetes por las casas, dejándolos en ventanas y balcones. 

¿SABÍAS QUe...?​

El “Ball de coques” se llevaba a cabo en la fiesta de Santa Ana. Todo el pueblo subía a la ermita por la tarde a bailar mientras los músicos tocaban sus instrumentos. Ésta era una jota que bailaban las parejas con una coca en la mano. Los organizadores de la fiesta subastaban las cocas, y el chico que pagaba el precio más alto, podía sacar a bailar a la chica que quisiera (algo inimaginable hoy en día, ¿no creéis?). Posteriormente se las comían. Esta tradición fue recuperada por la Rondalla de Peña Fragatina: Quí la ballará, quí la ballará, la primera coca, quí la ballará, quí la ballará, la chica la Sopa. 

Jóvenes y familias disfrutando de las fiestas populares.  Cedidas por Marina Quibus, la familia Dueso Corbalán y la familia Español Casas. 

Calendario de fiestas populares

Tal y como nos explican desde Amics de Fraga en su libro "Vida y costums de Fraga 2. La vida del pagesos y alres oficis…”, a principios de año tenían lugar las hogueras de San Antón (la noche del 16 de enero), a continuación se llevaba a cabo la romería a San Valero de Velilla (29 de enero) y la semana de las fiestas de febrero, Carnaval, San José (19 de marzo), Cuaresma, Semana Santa y el “cocquenbou”. Posteriormente se celebraba el domingo de la Rosa en mayo (primer domingo del mes), San Isidro (15 de mayo) San Juan (24 de junio), San Pedro (29 de junio), Santa Ana (26 de julio), San Salvador (6 de agosto), la Virgen de Agosto (el día 15 del mes), San Joaquín y San Roque (16 de agosto). Para San Salvador, la fiesta tenía lugar en las afueras, mientras que para Santa Ana la celebración se llevaba a cabo en la ermita situada al final de la Cuesta Santa Ana. Más tarde, tenían lugar la fiesta de San Bartolomé (24 de agosto) y la fiesta de la Virgen del Pilar (12 de octubre), con tres días de fiesta. El año finalizaba con la celebración de Todos los Santos (1 de noviembre), la Purísima (8 de diciembre) y las fiestas de Navidad (24 y 25 de diciembre) y la noche de Reyes (6 de enero). La noche de fin de año no se celebraba antiguamente, fue en los años 50 cuando la familia Arnau comenzó a hacer un baile para celebrar la entrada del año. Posteriormente repartirían también uvas entre los asistentes. 

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Niña sosteniendo una palma.

Cedida por la familia Cal Polonio.

LAS FIESTAS DEL PILAR

En los años 70, muchos jóvenes estaban ya cansados de la monotonía de las fiestas patronales. Gente de todas las edades, vestidos con sus mejores galas, acudían al cine, a ver el fútbol, al baile, a ver carreras de atletismo, tiro al plato o conferencias y exposiciones. 

Pero estos eventos resultaban aburridos para los más jóvenes, pues carecían de actividades en las que poder participar de manera activa. Por este motivo, en el año 1973, nace la asociación Peña Fragatina, una iniciativa juvenil que buscaba disfrutar de unas fiestas diferentes a las que se habían desarrollado hasta entonces. 

Será en agosto de ese año cuando un grupo de fragatinos viajen a Huesca durante las Fiestas de San Lorenzo, como representación de la ciudad, para llevar fruta a las hermanas de Santa Ana. Los más jóvenes del grupo quedaron impresionados por la celebración de la festividad: Cientos de peñeros vestidos de blanco animando a todos los visitantes, bailando y cantando al son de la Charanga. También les sorprendieron los locales que montaban los grupos de amigos para seguir con su fiesta particular. 

De vuelta en Fraga, se celebró una reunión en el Central Brunito dónde se explicó a una veintena de jóvenes que se quería crear una peña como en San Lorenzo. Como contaban con tan poco tiempo para organizarse, todos los trámites se tuvieron que hacer a prisa.  Decidieron elegir a una persona como representante de todos los peñeros: Una reina de Peña como la que nombraba el Ayuntamiento, y elaboraron un programa de fiestas con numerosas actividades para los peñeros. Aunque ese primer año Peña Fragatina tuvo poca presencia en el Programa Oficial de Fiestas, esto empezaría a cambiar en años venideros.

Fiestas del Pilar. Cedida por la familia

Fiestas del Pilar.

Cedida por la familia Casas Mestres.

Galería dedicada a las fiestas del Pilar.

Fotografías cedidas por la Asociación Peña Fragatina.

LOS QUINTOS

Aunque ahora utilizamos la palabra “quinto” para referirnos a las personas que han nacido en el mismo año, hasta la abolición del  servicio militar obligatorio en España en el año 2001, esta palabra se utilizaba también para denominar a aquellos jóvenes que realizaban el servicio militar al mismo tiempo.  

Cada año, tenía lugar un  sorteo en el que se convocaba a los jóvenes del pueblo. Cuando salía su nombre se le preguntaba al quinto si tenía algo que alegar. Este podía intentar librarse de la mili diciendo que era bajito, corto de vista, tenía los pies planos, era hijo de viuda, tenía un hermano en la mili, etc. 

“En Fraga y Torrente están

la fama los buenos mozos,

pero en llegar a la quinta, 

todos son mancos y cojos”

Si no encontraba ninguna excusa, debía acudir a Huesca (muchas veces iban a pie), dónde se sorteaban los diversos destinos en los que tenían que estar tres años como soldados: La península, Canarias, África o incluso Cuba o Filipinas. Si les tocaban destinos lejanos, podían estar los tres años sin volver a casa, y cuando regresaban muchas veces encontraban a su novia casada con otro. 

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Grupo de Quintos de 1939, Fraga.

Cedida por la familia de la Tarronera y Sitra.

Las familias ricas, podían pagar a otros jóvenes para que cubrieran la plaza del hijo que no quería o no podía hacer la mili. Se dice que se empezó pagando 5 duros, pero posteriormente la cifra aumentó a 100. También había jóvenes que se ofrecían a ir a cambio de dinero si no habían salido elegidos. Los padres que pagaban para librar a su hijo del servicio, muchas veces descontaban el dinero de la dote que le daban al casarse.

Muchos de estos jóvenes no habían salido nunca de sus casas, por lo que la mili suponía un gran cambio en sus vidas, y aunque en ocasiones les servía para instruirse en un nuevo oficio o aprender a leer o escribir, la mayoría de ellos tenían miedo de abandonar a sus familias y tener que viajar hacia un destino incierto. 

¿Sabías que...?

El día en que tenían que acudir al sorteo, lo hacían con sus mejores galas y pasaban toda la noche juntos, de fiesta, bailando y cantando, e incluso alquilaban a algún músico o cantante de jotas: 

“Ramos el de Ballobar
canta muy divinamente,
pero el de Santa Lecina

canta mejor y más fuerte”

Los futuros soldados adornaban a sus animales e iban por las casas cantando mientras la gente les tiraba comida desde los balcones o las ventanas, que luego se comían todos juntos. Era costumbre ir a cantar a casa de la novia o de la madre o la hermana. Era un día importante para Fraga, ya que todo el pueblo estaba de fiesta. Los chicos de la misma quinta se conocían todos, siendo la quinta del 23 una de las más numerosas que se recuerda en Fraga.

LAS FERIAS

A finales del siglo XIX y principios del XX la feria de Fraga tenía lugar el día 27 de Agosto, el día anterior a San Agustín. Esta feria era muy importante para toda la comarca, a ella acudían los que necesitaban comprar o cambiar algún animal. Los gitanos y los tratantes llegaban con toda clase de animales “arriatats” o “arrietados”, es decir, ataban a los animales con una soga por la cola, uniéndolo al animal que tenían detrás, formando una fila. Todos eran animales de trabajo: burros, mulas, caballos, yeguas, etc. También acudían los ganaderos de ovejas y cabras con los rebaños que querían vender. Los animales de trabajo estaban en la calle de la Carretera y en el Segoñé, y los rebaños detrás del matadero. 

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"Feria anual de ganado de Fraga (Huesca), que se celebra en agosto." Años 40.

Además, los días de feria, también acudían vendedores ambulantes con toda clase de utensilios. Entre ellos, destacó el conocido como el “Chato les mantes” entre los años 40 y 50. Durante estas décadas, la  feria pasó a tener lugar el 24 de agosto, día de San Bartolomé, en vez del 27.

Con la mecanización del campo, la feria fue perdiendo importancia hasta desaparecer. Durante unos años, tuvo lugar una feria de maquinaria agrícola en exposición y frutos de la tierra para la “Santmiquelae”, pero no tuvo continuidad.

A primeros de año venían los tocineros a vender cerdos que la gente compraba para engordarlos y matarlos a final de año o a comienzos del siguiente.

En la plaza de San Pedro, acudían los hortelanos del pueblo a vender hortalizas e incluso había agricultores que vendían ahí sus excedentes (animales, huevos, frutas o verduras). A este mercado acudía también la gente de Serós a vender planteros o tomates, ya que eran más tempranos. 

De buena mañana, desde la salida de misa y hasta la boca de la calle Mayor, se repartían los sitios los vendedores. La mercancía la colocaban en cartones y cestas y la pesaban con unas pequeñas balanzas que la mayoría fabricaban. La gente acudía a comprar a lo largo de la mañana, hasta medio día. 

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Fragatinas vendiendo comida. Cedida por la Asociación Amigos y Vecinos del Casco Histórico de Fraga. 

Durante las fiestas  venían las "firetas", y llegaban también vendedores tanto de ropa como de adornos y juguetes. Todo esto que primero se hacía en la plaza, posteriormente pasó a llevarse a cabo en el Segoñé. Allí, se juntaban los caballitos y barquitos, el circo y el “envelat”.

A partir de 1955 comienza una nueva etapa con las Ferias de Muestras agrícolas y comarcarles. Se llevaron a cabo XIV ediciones, hasta 1975. Primero se realizaban en la Carretera (actual Reyes Católicos) y posteriormente pasaron a desarrollarse en las afueras (Ahora Pº Constitución). Tenían lugar para las fiestas de San Bartolomé.

Desde 1989 hasta nuestros días se ha venido desarrollando la feria de maquinaria agrícola e industrial “Merco Equip”, donde también han participado diversos comercios y entidades culturales.

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Niños montando en las "firetas".  15-10-1961.

Cedida por la familia Dueso Corbalán.

¿Sabías que...?

 

Era típico en muchas de las fiestas populares que acudiera un fotógrafo para fotografiar a los fragatinos. Solían hacer más interesantes estas fotografías colocando un forillo o telón que creara ilusión de perspectiva entre el modelo y el ambiente que pretendia crearse a su alrededor.

Niños fragatinos fotografiados en fiestas populares de la ciudad con el "forillo" de fondo.

Cedidas por Marina  Quibus y la familia Español Casas.

Las páginas de este álbum se han nutrido del libro “Vida y costums de Fraga 2. La vida del pagesos y altres oficis…” de la asociación Amics de Fraga. 

Organiza:

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