Vista de la iglesia de San Miguel o Castillo de Fraga. Enric Filella.
A pesar de lo que se cree popularmente, este edificio no es un castillo, si no una iglesia, la de San Miguel, de estilo gótico, construida entre finales del siglo XIII y comienzos del XIV.
Esta iglesia, que incluía también un cementerio, cumplió sus funciones religiosas hasta las Guerras Carlistas, momento en el que pasó a utilizarse como polvorín o recinto defensivo por estar situada en un punto estratégico, el lugar más alto de la ciudad. Además, se construyó una pequeña muralla de la que queda algún resto. Por este motivo, el emplazamiento recibe el nombre de "Lo Castell”, aunque no llegó a serlo nunca.
Portada de la iglesia de San Miguel, conocida como "lo castell".
José Galiay Sarañana. Cedida por el Archivo Histórico Provincial de Zaragoza.
¿SABÍAS QUe...?
Esta construcción sirvió además de lugar de residencia para el pintor Miguel Viladrich, enamorado de la cultura y la indumentaria fragatina. Fue el ayuntamiento de la ciudad quien le cedió el edificio para convertir la iglesia en un Museo de Costumbres e indumentaria. Aunque el edificio sufrió entonces alguna modificación, Viladrich no pudo completar su tarea ya que tuvo que exiliarse a Argentina a raíz Guerra Civil.
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Es un edificio de planta rectangular, con una sola nave con planta de salón (23,67 x 9,8 metros). Entre los contrafuertes, posee cuatro capillas de planta rectangular que sobresalen al exterior, y cuyas medidas oscilan entre los 2,6 y 3 metros de largo y los 3,8 y los 5,36 metros de ancho. La de mayores dimensiones es la cuarta del lado norte.
Poseía además una pequeña torre de planta cuadrada que constaba de una escalera de caracol en el tramo de los pies, situada en el centro del muro oeste, sobre la entrada principal.
La puerta principal está formada por un arco de medio punto moldurado al entrados sobre otro arco similar. Ambos arcos apean en las jambas con boquerones que continúan las molduras.
Vistas desde el castillo de Fraga. Ricardo Compairé. Fondo Compairé. Fototeca de la DPH
El acceso es diferente al interior, ya que éste está dispuesto sobre un arco rebajado, que daba inicio a una corta bóveda de cañón rebajado bajo la torre. El tramo de los pies presenta diferencias con el resto, tanto en medidas como en disposición, por lo que es posible que, a las tres capillas que tiene a cada lado, se añadiera con posterioridad un cuarto tramo con capillas.
Todas las capillas se cubrían con bóveda de cañón apuntado y, en la tercera capilla del lado norte, encontramos un arco de medio punto sobre el apuntado.
La cabecera es plana y no está acusada en planta. Posee tres pequeñas aberturas con forma de arco de medio punto, sin molduras. Además, la cabecera tiene una construcción adosada de planta rectangular.
En el interior, en la parte central, hay un gran arco apuntado. Los arranques de este arco se unen con los muros laterales mediante una línea de imposta. Posiblemente sea un resto de un antiguo ábside de forma indefinida. La nave estaba cubierta con una techumbre de madera apoyada sobre arcos diafragma apuntados con extradós a dos vertientes que abarcan toda la anchura de la nave.
El espacio interior posee dos alturas divididas por dos hiladas de sillares rectangulares. La segunda altura tiene ventanas rectangulares, una en cada tramo, sobre el centro del arco de cada capilla. Los arcos diafragma se apoyan sobre ménsulas situadas un poco más elevadas que el arranque de los arcos de las capillas. Algunas de estas ménsulas poseen decoración: presentan cinco lados y están decoradas con diversos motivos vegetales y animales. En el interior de los muros también encontramos motivos heráldicos y algunos motivos geométricos.
Vídeo del Castillo de Fraga, realizado por yocamtv.
LA DECORACIÓN DE LAS CLAVES
La decoración que más destaca es la que se encuentra esculpida en las claves de los cuatro arcos centrales, y que aluden a la Salvación del hombre:
En la actualidad, la antigua iglesia gótica ha sido encerrada en una polémica construcción obra del arquitecto José Manuel Pérez la Torre. Además, desde el año 2006, el Castillo de Fraga está incluido dentro de la relación de castillos considerados Bienes de Interés Cultural.
La historia constructiva del edificio
Dicha información se ha extraído del Archivo SIPCA de Aragón.
En este apartado del Álbum podéis acceder a las diferentes fases de construcción, de destrucción y de reformas que se dieron en la Iglesia de San Miguel, más conocida como "Castell de Fraga".
S.XIII
CONSTRUCCIÓN
EDAD MEDIA / ROMÁNICO
Construcción original tras la reconquista cristiana de Fraga. Al poco tiempo se añadió un tramo adicional.
S.XVIII
-
1779
AMPLIACIÓN
EDAD MODERNA
En Atlante español o Descripción general de todo el Reino de España de 1779, se describe la planta de este edificio como de una nave con tres capillas a cada lado. La ampliación sería posterior a esta fecha.
S.XIX
-
1837
ADICIÓN DE INMUBLES
EDAD CONTEMPORÁNEA
Se construye una muralla de tierra prensada de 4 mts de altura y más de 300 mts de perímetro.
S.XVII
OBRA ARQUITECTÓNICA
EDAD MODERNA
Encargo a los jurados para reedificar el atrio, el cual se hallaba derruido.
REFORMA
EDAD CONTEMPORÁNEA
Fortificación del edificio durante las guerras carlistas por el brigadier D. Juan Delatre, época de la que data su denominación como "castillo". Deterioro progresivo del entorno del edificio. Se construye en éste una "casa fuerte".
S.XIX
-
1835
REFORMA
EDAD CONTEMPORÁNEA
Nuevas obras de fortificación en el edificio. Zona afectada: El edificio original.
S.XIX
-
1876
S.XIX
-
1899
REFORMA
EDAD CONTEMPORÁNEA
Se vuelve a reforzar la casa fuerte y se realizan otras obras para el acondicionamiento de tropas.
CESE DE USO
EDAD CONTEMPORÁNEA
Tras la guerra con Francia el edificio deja de ser utilizado como lugar de culto.
S.XIX
(SEGUNDA MITAD)
1914
-
Años 30
REHABILITACIÓN
EDAD CONTEMPORÁNEA
El edificio es utilizado como vivienda por el pintor Miquel Viladrich. Se arregla la explanada como jardín y la iglesia como vivienda-museo.
2003
-
2011
RESTAURACIÓN
EDAD CONTEMPORÁNEA
Ante el grave deterioro de los restos del edificio, se acomete en 2003 un proceso de restauración integral. La actuación consistió en la restauración de los muros y capillas laterales que quedaban en pie, así como el remate de la fachada principal, la torre, la cubierta y el ábside, completado con la construcción de un edificio de nueva planta, a modo de gran urna de hormigón que envuelve los restos de la iglesia.
ADICIÓN DE INMUEBLES
EDAD CONTEMPORÁNEA
El edificio es rodeado con una valla metálica ante su estado ruinoso.
S.XX
(TERCER CUARTO)
Esta página de nuestro álbum se ha nutrido del Sistema de Información del Patrimonio Cultural Aragonés (SIPCA)
MIGUEL VILADRICH
UN PINTOR EN EL CASTILLO
¿Quién fue miguel viladrich?
Miguel Viladrich nace en Torrelameu, Lérida, en 1887. En 1906, comienza estudiando arquitectura en Barcelona, pero abandona la carrera tras finalizar el primer curso. Becado por la Diputación de Lérida para estudiar pintura en la Real Academia de Bellas Artes San Fernando, decide trasladarse a Madrid en el año 1907. En esta ciudad conocerá al que será su compañero inseparable, el escultor Julio Antonio, junto al que realiza numerosos viajes por España.
En febrero de 1913 viaja a París donde entra en contacto con el pintor Anglada Comarasa y con el mecenas Archer Milton Huntington, fundador y director de la Hispanic Society of America de Nueva York, quien posteriormente, en el año 1926, adquirirá para el museo de su institución casi toda la producción de obras realizada por Viladrich desde 1910 a ese momento.
De vuelta a España, tras residir durante varios años en el castillo de Fraga, el estallido de la Guerra Civil le obligará a trasladarse a Barcelona hasta 1940, año en que viajará a Argentina para instalarse definitivamente hasta el día de su muerte en 1956.
Miguel Viladrich. Imagen de dominio público (WIKIPEDIA).
VILADRICH
EN FRAGA
Será poco antes de su viaje a París en el año 1913, cuando Miguel Viladrich visite Fraga por primera vez, acompañado de Julio Antonio. A su regreso de la capital francesa, propiciado por el estallido de la I Guerra Mundial, Viladrich decidió establecerse en Fraga, pues se había enamorado de sus calles tortuosas, de los trajes de sus mujeres y de las ruinas de su castillo, un castillo que le fue cedido por el Ayuntamiento de la ciudad el 13 de diciembre de 1914 por 99 años, para convertirlo en residencia y museo.
Tal y como nos cuenta Juan de la Encina en el diario España de Madrid, el 22 de noviembre de 1917, En Fraga Viladrich encontró:
«aquello que mejor pudiera acomodarse a su modo de ser artista y hombre: tiene a toda Fraga por modelo; planta olivos; se ocupa en las faenas agrícolas; aconseja a los labriegos sobre cultivos. [...] El artista y el pueblo son uno. El pueblo adivina que en aquellas pinturas, como en los viejos romances de jugoso y sobrio decir, está algo de su alma, algo que le representa en la dignidad de su vida, algo que expresa el obscuro concepto vital peculiar de su casta. Se siente allí representado, y siente también que algún día esas imágenes del pintor correrán por el mundo y el espíritu fragatino será gustado por muchas gentes que ignoran el lugar del mundo donde se cobija Fraga. Pero Viladrich quiere dejar algo permanente en Fraga. En pago al espíritu que Fraga le comunica, él quiere que el castillo de Urganda llegue a ser con el tiempo un museo fragatino. Si planta olivos e higueras en su recinto, quiere también llenar las paredes de las salas de pinturas al fresco, representando, al modo de los primitivos italianos, el paisaje, los tipos, las costumbres de los fragatinos».
Viladrich pronto hizo amigos entre los fragatinos, que se preocupaban de su bienestar y hasta se encargaban de buscarle modelos para sus cuadros.
¿SABÍAS QUe...?
Viladrich recibió aquí a amigos suyos como Julio Antonio o Pío Baroja, al que, por cierto, convenció para ser candidato a diputado republicano por Fraga en las elecciones de febrero de 1918, una empresa que terminó en fracaso.
Todo ello lo describe Pío Baroja en su obra "Las horas solitarias".
Si quieres saber más sobre la visita de estas ilustres figuras
Lo So Ramón Sorolla Puyuelo, "lo Figo" . Revista "Fogaril i Calaixera nº66".
Intentar encontrar a las y los modelos fragatinos que posaron para Viladrich fue una tarea que desempeñaron desde la revista "Fogaril i Calaixera" y que se reflejó en sus nº 53, 58, 61, 65, 66 y 69 .
Pastorcillo, 1920. Miguel Viladrich. The Hispanic society of America, New York.
La aguadora, 1935. Miguel Viladrich. Ayuntamiento de Fraga.
Este cuadro lo pinta por segunda vez, queriendo dejar un copia en Fraga; el original se encuentra en the Hispanic Society of America y data de 1920 - 1921.
Fragmento del documental "Día de la Faldeta. Trasmitiendo la cultura de un pueblo", realizado por Lucas Gracia y Serendipia Gestión Cultural.
Salvadoreta Vinós Lapeña. Revista "Fogaril i Calaixera nº53".
La sirvienta de Lafuerza. Miguel Viladrich. "M. Viladrich. La obra del artista en ochenta y cuatro grabados". 1936.
Josefa Royes, "la Pepa l'Eusèbia". Arxiu Mas.
El niño con el halcón. 1915-1918. Cortesía de The Hispanic Society of America, New York.
Lo So Mingo L'Oro. Revista "Fogaril i Calaixera nº66".
Viladrich viene con un velón y nos eneseña una escalera llena de calaveras...
Fragmento de "Las horas solitarias" de Pio Baroja en el que se habla de la visita a Fraga, 1918.
Fragmento del documental realizado por Lucas Gracia y Serendipia Gestión Cultural.
En junio de 1918, la sala Ateneo de Madrid acogió una exposición de 20 cuadros de Viladrich, la mayoría pintados en Fraga y Almatret. El éxito de la crítica volvió a acompañarle, tal y como se puede apreciar en el escrito de Tomás Borrás para La tribuna de Madrid el 15 de junio de ese año:
«La revelación de Fraga fue para Viladrich como hubiese sido la de una Grecia sin descubrir. Mujeres señoriales bajo sus trajes humildes, graciosas adolescentes de gracia natural y armoniosa, hombres con su barretina roja cual gorro de Frigia, esbeltos, y con la nobleza de ademán de un caballero. Un país suave y dulce, de aire templado, de cielos limpios; de bajas cordilleras onduladas, del olivo, de la vida, de la franqueza, de la bondad y del acento musical»
De vuelta a Fraga, Viladrich paró en Zaragoza a saludar a Felipe Alaiz, quien le animó a exponer durante las Fiestas del Pilar, aunque finalmente la inauguración se retrasó al 31 de octubre. Para esta exposición realizó nuevas pinturas como la de La boda fragatina.
¿SABÍAS QUe...?
Miguel Viladrich no fue el único pintor famoso que pasó por Fraga, de hecho, el más conocido es Diego de Velazquez, que se asentó en Fraga en torno a 1644, durante la Sublevación de Cataluña o "Guerra dels Segadors", junto con el resto de la corte del rey Felipe IV.
De su estancia en este pueblo oscense se conservan partidas presupuestarias por las cuales se sabe que pidió a un mismo carpintero que le abriera una ventana para tener mejor luz y poder pintar, que le fabricara un caballete y una caja en la cual enviar a Madrid los dos cuadros que pintó en Fraga: Felipe IV en Fraga y El Primo, en el que retrató a uno de los enanos de la corte del rey.
Felipe IV en Fraga, 1644. Diego Velázquez. Frick Collection.
Imagen de dominio público (WIKIPEDIA)
En las diversas temporadas en las que Viladrich estuvo asentado en Fraga, llevó a cabo numerosas actividades en beneficio de la ciudad y de los fragatinos, destacando la creación de la asociación “Amigos de Fraga”, desde donde poner en valor la cultura. Creó además un sindicato agrícola que apostaba por la modernización del sector y que administraba la marca “Higos de Fraga”, y presionó a la alcaldía para crear un grupo de escuelas graduadas, entre otros.
Esta página de nuestro álbum se ha nutrido de la revista "Fogaril i Calaixera", del catálogo de la exposición "Viladrich. Primitiu i perdurable" del año 2007, del libro "M. Viladrich la obra del artista en 84 grabados" y del artículo "Viladrich y su castillo de Urganda, en Fraga" escrito por Chus Tudelilla para el Periódico de Aragón (2018).
Como ya se ha comentado al inicio, Miguel Viladrich muere en 1956, exiliado en Buenos Aires, tal y como se muestra en esta necrológica del periódico ABC Sevilla del 7 de julio de dicho año.
Pero de nada le sirvió su implicación con el pueblo fragatino cuando el ayuntamiento le cortó el suministro de agua del canal, desde el que regaba toda la extensión del castillo. Y es que algunos vecinos le atribuían a él las responsabilidad de las filtraciones de sus casas. La decepción de Viladrich fue enorme y se cree que éste pudo ser uno de los motivos que le empujaran a abandonar Fraga y retomar sus viajes por el sur de España, llegando a Tetuán hacia 1933.
Mis Funerales. Miguel Viladrich. 1910. Hispanic Society of America, New York.